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Autopublicar es un negocio redondo

Cubrir los costos de la edición, impresión y encuadernación de tu libro se le conoce como «Autopublicación». En Santi Ediciones hacemos que tu inversión sea rentable con base en los siguiente puntos:

  1. Como parte de nuestra asesoría, evaluamos si tus textos requieren una corrección de estilo (en ocasiones solo se requiere una revisión ortotipográfica). Tu obra también nos representa y recurrimos a las herramientas que sean necesarias para hacer de tu libro un libro profesional.
  2. Liberas tus letras. Porque al involucrarte en tu proyecto de publicación estás llevando a buen termino tus escritos. ¿Harás nuevas versiones de tus textos? Lo más seguro es que durante el proceso de publicar te animes a soltar tus textos y buscar nuevos horizontes. Aún así, si posteriormente decides retomar tus textos, ya tendrás una versión sólida y confiable.
  3. Nada te va dar más retroalimentación que presentar tu obra a las demás personas. No todos los libros están pensandos para ser bestsellers, muchos libros tienen propósitos más humanos, como compartir nuestros pensamientos o expresarnos; por otro lado, recuerda que escribir tiene grandes beneficios.
  4. Inicia con la venta de tu libro entre amigos y familiares. Te sugerimos hacer una presentación de tu libro. El costo de tu proyecto de edición lo recuperas con los primeros ejemplares vendidos y publicar será una inversión redituable, siempre y cuando imprimas únicamente la cantidad de libros que consideras que puedes vender (te asesoramos en ello). A nadie le sirve tener miles de libros almacenados y previamente pagados, sin lograr venderlos. Nuestros proyectos permiten obtener una cantidad apropiada de ejemplares con una inversión razonable.
  5. El precio final de tu libro será accesible porque los proyectos de autopublicación crean libros que permiten la venta directa a un precio justo.
  6. Recuerda que al publicar con nosotros, el 100% de los ingresos y los derechos del libro son tuyos.

No esperes más para publicar, solicita un presupuesto.

Publica tu libro, publica tu sueño.

Foto: Thomas Leuthard

¿El libro impreso va a desaparecer?

No. ¿Entonces, va a ser un artículo de lujo? Tampoco. ¿Lo va a sustituir el libro electrónico? No, son complementarios.

El libro se caracteriza —principalmente— por ser práctico. Los años pasan y el libro no ha sufrido grandes cambios. Recurrimos a él y sabemos que funcionará de una manera muy apropiada. Seguramente va a disminuir su producción —los árboles lo agradecen—, pero es una herramienta bien diseñada, perfeccionable, pero con grandes ventajas sobre los libros electrónicos.

La tecnología avanza, las computadoras simplifican los procesos de la cadena de producción, los programas de diseño son más poderosos, y aún con todos estos elementos que han abaratado los costos de impresión, el precio del libro aún no ha disminuido. ¿Por qué? No hay razón.

En la industria musical se evidenció que la diferencia entre el costo sumamente bajo de un cd virgen vs un cd original de un grupo musical correspondía a la venta, distribución y producción, y una pequeña porción—muy pequeña— eran las regalías para los músicos. Estas mismas regalías los músicos las pueden obtener desde otras plataformas, como itunes, por citar un ejemplo. Esto es exactamente lo que sucede en la industria editorial. Se vislumbra, no es nada nuevo.

Ahora se habla de que el libro impreso va a desaparecer, que la editoriales están perdiendo, que el libro electrónico es una amenaza, que Amazon es un monstruo. Ahora se habla de todo esto, pero las editoriales llevan años sacándose de la manga un valor agregado al asignar el precio público de los libros, poniendo precios exhorbitantes al público, sin regulación, exageradamente lejos del costo que implica la revisión de textos, el diseño, el papel, la tinta y la encuadernación. En cambio, sin deseos de querer corregir el camino y ajustarse a un precio razonable se apegan a la costumbre que les dicta tener el sartén por el mango.

Son las editoriales las que deben replantearse el negocio, no es el libro el que tiene problemas, basta con que lo sometamos a este último a un examen sobre su existencia y permanencia y siempre nos hará ver lo funcional que es: sus hojas de papel, su tinta impresa que es perfectamente legible, su olor, su perfecto equilibrio con la luz del ambiente, su diseño. El punto más débil ha sido es el costo y cada día que pasa, las herramientas para hacer libros profesionales son más accesibles, sin tener que hacer grandes inversiones para «redituar» el costo —el mito de tener que imprimir un mundo de libros para poder costearlo—.

En la actualidad, el verdadero reto es ofrecer un contenido de calidad y mientras existan personas con deseos de escribir y contar buenas historias, o simplemente con el gusto de compartir sus ideas, las editoriales tendrán que adaptarse a las necesidades de los autores o olvidarse de algún tiempo fueron el poder detrás del trono.